La gestión económica resulta fundamental para maximizar el rendimiento. Sin embargo, este tipo de tareas puede resultar difícil para pequeñas y medianas empresas y también para emprendimientos.
Justamente por ello, existen pautas y servicios como las cuentas bancarias (profesionales) para profesionales y empresas que permiten sanear las cuentas y mejorar el desempeño económico.
¿De qué hablamos cuando hablamos de sanear las cuentas?
Dentro de la administración de empresas, existen múltiples áreas que se organizan de una manera u otra para aprovechar los recursos a disposición. En este sentido, una de las tareas más importantes es la gestión económica. En efecto, esta garantiza que las distintas áreas y sectores dispongan de los recursos económicos para funcionar de manera eficaz.
Justamente por ello, el saneamiento de cuentas resulta fundamental para que la empresa disponga de la capacidad de autoabastecerse y desarrollar su actividad comercial sin inconvenientes. Al mismo tiempo, sanear las cuentas permite mantener la salud financiera de la empresa en óptimas condiciones para crecer y obtener un mejor rendimiento en el mercado.
La gestión económica y el balance de cuentas incluyen una serie de funciones de índole contable, fiscal y financiera que agrupan distintos tipos de necesidades según la naturaleza de las transacciones realizadas por la empresa. Sanear las cuentas requiere que todas ellas trabajen en armonía para guiar las actividades diarias hacia los objetivos de crecimiento futuro.
Por lo tanto, sanear las cuentas produce dos beneficios claros: por un lado, ofrece la capacidad de solventar las operaciones diarias de la organización y establecer criterios de rentabilidad claros y, por el otro lado, permite proyectar las actividades en función de objetivos a largo plazo en los que la capacidad financiera resulta esencial para crecer.
Cómo sanear las cuentas de la empresa
La siguiente lista comprende las distintas acciones necesarias para mejorar el rendimiento económico y, por lo tanto, la salud financiera de la empresa. Estas resultan convenientes tanto para emprendedores como para pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, su utilidad variará según el tipo de empresa del que se trate y la actividad en la que esta se inscriba.
Estudio de las cuentas y planeamiento financiero
En primer lugar, la empresa debe realizar un análisis pormenorizado de todos aquellos procesos de índole económica: actividad comercial, facturación, pago de impuestos, préstamos y créditos, gastos y pagos diferidos, etc.
Disponer de esta información de manera precisa permite desarrollar los siguientes puntos de manera eficaz. Asimismo, permite a la empresa establecer las operaciones económicas que resultan esenciales para la actividad y confeccionar un plan financiero para alcanzar los objetivos a largo plazo.
Disciplina en el ahorro
Si bien esto puede resultar superfluo, lo cierto es que implementar un sistema de ahorro eficaz puede representar una gran mejora en el rendimiento de los recursos y, en general, en la capacidad económica de la empresa.
Esto resulta especialmente cierto a largo plazo, ya que las estructuras empresariales suelen producir muchos desperdicios que, en su conjunto, pueden emplearse para solventar otras tareas, saldar cuentas o reinvertirse en la matriz productiva.
Asociarse con posibles inversores
La inyección de capital proveniente de la inversión es una posibilidad que debe perseguirse constantemente para sanear las cuentas. No necesariamente debe tratarse de una prioridad en términos de recursos y esfuerzos, pero sí deben dedicarse recursos a ello, en tanto se trata de una gran manera de mejorar el rendimiento económico.
Sin embargo, para desarrollarse de manera eficaz, la búsqueda de posibles inversores debe sustentarse con un plan financiero bien elaborado en el que destaque la rentabilidad del negocio y el lapso previo a obtener una ganancia por parte del inversor.
Priorizar la rentabilidad del negocio
Si bien existen muchas áreas del negocio que no necesariamente se orientan a la actividad comercial, esta última debe optimizarse para asegurar la rentabilidad del negocio y el balance de cuentas. En este sentido, la prioridad en términos de inversión y desarrollo debe ser el área de ventas.
Del mismo modo, la rentabilidad del negocio supone que los ingresos superen —o mínimamente igualen— los egresos: debe estudiarse las cuentas de costos fijos y variables para determinar posibles reducciones del impacto de estos en la economía global de la empresa.
Impuestos y régimen fiscal
La liquidación de impuestos debe realizarse de manera trimestral y anual. Por lo tanto, es necesario llevar un registro eficaz del saldo disponible para asegurar el pago de los impuestos y no incurrir en moras de ningún tipo, ya que esto puede producir un gasto innecesario.
Lo más recomendable es recurrir a un contador que pueda realizar un análisis de nuestras cuentas y situación impositiva. El costo de contratación y asesoramiento resulta marginal en relación con los beneficios que esto conlleva: reducción de impuestos, exenciones y reintegros, por nombrar algunos.
Herramientas digitales y servicios bancarios
En la actualidad, existen múltiples herramientas de gestión comercial y financiera que resultan muy convenientes para las pequeñas y medianas empresas para llevar un balance de cuentas adecuado. En este sentido, resulta fundamental emplear programas de gestión empresarial que incluyen contabilidad, liquidación de salario, planilla financiera, etc.
Asimismo, también existen muchos servicios de índole bancaria que permiten administrar las cuentas de la empresa y realizar todas aquellas operaciones económicas para asegurar su rendimiento. Muchas de ellas no cobran comisiones de ningún tipo ni gastos fijos de mantenimiento, lo que reduce significativamente el costo operativo.
Gestión financiera
Las empresas suelen emplear distintos tipos de recursos financieros que les permiten obtener préstamos, créditos, seguros, etc. Por lo tanto, debe mantenerse un control estricto sobre este tipo de recursos y los costos que produce en las cuentas de la empresa.
En efecto, la totalidad de los gastos financieros mensuales no debe superar el 20 % del costo total de las operaciones. En caso contrario, puede comenzarse un ciclo de endeudamiento pronunciado en la que la mayoría de los ingresos se utilizan para financiar las mismas operaciones.
Realizar cotizaciones frecuentes
Finalmente, una gran manera de sanear las cuentas de la empresa es realizar un análisis regular de la relación con los proveedores. Esto es, buscar activamente mejores precios y condiciones de servicio —traslado, método de pago, etc.— para asegurar que tanto los productos como servicios sean económicos y resulten competitivos en el mercado.
Esta tarea le corresponde al área comercial de compras, la cual debe realizar una revisión obligatoria de la situación de los proveedores de manera regular e imparcial. En caso contrario, pueden perderse oportunidades comerciales significativas y aumentar los costos de producción.